sábado, 23 de abril de 2016

Volé sin desplegar las alas



Viajé.....
Usando los ojos de mi hija.
Mirando las fotos como si estuviera allí, usando mis ojos
Caminé por Madrid por La Plaza Mayor, y las avenidas y las callecitas, comi tapas con cerveza.
Miré al cielo nublado pero no lo lamenté.
La primavera asomaba atrevida pero temerosa sobre la ciudad y la Puerta de Alcalá.
Luego fui a Paris, y vi la Torre magestuosa, el Sena romántico, El Arco de Triunfo, y vi los jardines de Versalles tan perfectos como lo imperfecto que era el Rey que lo creo.
Y caminé y caminé por horas, bajo otro cielo nublado de Primavera europea incipiente.
Hacía frío...
Y comí crepes bajo la Torre, y subí a ella para ver la ciudad desde el cielo, maravillosa París.
Y me fui con sus ojos a Amsterdam en tren, anduve en bicicleta, en una ciudad pequeña y tranquila, con muchas libertades asombrosas para mis ojos. Ah y allí salió el sol ...
Y de alli me fui a Praga, y me metí como en un libro de cuentos de castillos, iglesias, puentes y calles empedradas, todo con historias, muchas historias que no escuché pero imagino.
Y después me fui a Roma, ohhh el imperio, el Vaticano, La fontana de Trevi, había olores diferentes, demasiada gente diversa, la audiencia con el Papa en la Plaza San Pedro, la muchedumbre avanzando hacia el museo, entrar en la Capilla Sixtina, mirar hacia arriba y sorprenderse. El Coliseo, el Foro, El Panteón...... Roma.....
Y llegué a Venecia lugar que yo no hubiese elegido para ir pero lo vi con sus ojos, con romanticismo, y la vi feliz con mis ojos.
Y me fui a Barcelona, bella, artística y cultural, y me maravillé con la obra de Gaudí, y entré con ella en La sagrada familia, y estallaron emociones visuales indescriptibles e inolvidables.
Y volví a Madrid para verla en ultimo lugar antes de volver
Y volví con sus ojos, y volé con sus alas, que llegaron hasta aquí.
Y volví a soprenderme, como siempre, como uno puede ser feliz a traves de la felicidad de los hijos.
Y solo eso ya es incomparable, siempre se sabe desde la primera vez que los ves, sabrás que siempre su sonrisa te hará feliz como así sus lágrimas te pondrán triste.
Gracias hija por dejarme ser feliz escondida tras tu propia felicidad.
Te quiero
Mama.


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