domingo, 14 de octubre de 2012

El sueño de Blanca (segunda parte)


Enrique comprende que Blanca ha resignado su viaje varias veces, que no se atrevió a decirle la verdad sobre su enfermedad pero no puede imaginarse a esta mujer fuerte pero enferma, sola en Roma.
Se despide de Juliana con un fuerte abrazo. Ella sube a su auto y se va hacia su casa muy preocupada.
A la mañana siguiente Enrique llama a Juliana al celular.

- Juliana, supongo que tu madre te ha dejado los datos del hotel donde se hospeda
- Si, lo dejó en un nota sobre la mesa de la cocina.
- bueno pasamelos por mail lo mas pronto que puedas, estoy saliendo a comprar mi pasaje, no puedo estar acá pensando en como estará o que estará haciendo, me voy....
- Ay Enrique, gracias, para mi es una idea maravillosa, me alivia escuchar esto. Gracias.
- Me despido, te tendré al tanto.Un  beso.

Blanca, ya desayunó, es su tercer día, toma su pequeña cartera, su cámara digital y se dispone a salir a la vereda, una excursión al Coliseo Romano la espera hoy por la mañana. y un almuerzo en las afueras de la ciudad. Mañana ya parte hacia el pueblo de sus padres a 180 km al norte.
El micro arranca lentamente con los turistas sentados, ella se ha ubicado al lado de una señora brasilera muy agradable.

Se estaciona un taxi y baja Enrique con su valija y un piloto gris perla cuelga de su brazo.
Entra al hotel, pregunta por Blanca y le informan que ha partido de excursión, deja su equipaje para que sea llevado a la habitación que reservó para ambos desde Bs.As. Una suite a la que Blanca deberá cambiarse.
Sale a la vereda, compra un ramito de flores silvestres y llama a un taxi.

-Al Coliseo por favor.

Es un día soleado pero no tan caluroso para esta fecha veraniega, el cielo está despejado. Blanca camina junto al contingente, saca fotos, está feliz. En un momento decide sentarse en unos escalones y tomar un refresco observando y admirando todo lo que ve. Cierra sus ojos sintiendo el sol que calienta su cara.
De pronto siente una mano sobre su hombro y reconoce el perfume.

- Enrique!!
- Si soy yo. estoy aquí, donde siento que debo estar, he venido a perdonarte y compartir con vos este viaje tan importante, puedo?
Un abrazo apretado interminable los unió en aquellas gradas y un  cielo diáfano de Roma  fue el testigo.

La turista brasilera les dice:
- Ay que bonita pareja hacen, puedo sacarles una foto?
Enrique le entrega el ramito de flores y poniendo su brazo por detrás en su cintura, sonríe hacia la cámara mientras Blanca lo mira y una lágrima recorre su mejilla lentamente.
- Te amo, sos especial, perdoname..
- Blanca mirá la cámara, sonreí, vamos... sonreí....


FIN

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